jueves, 26 de febrero de 2009

EL LOBO MÍTICO




El aspecto maléfico del mito del lobo lo asocia a las tinieblas, a los infiernos, al pecado, al engaño, a la violencia; a la voracidad (lobo) y la concupiscencia (loba). Este fue el significado promulgado por los cristianos, que lo asocian con el diablo, y el culto al mismo en la Europa medieval. Será un obstáculo en la ruta del peregrino para los árabes y, en ocasiones, también para los hindúes.

Sin embargo, en su aspecto benéfico, el lobo es un símbolo de luz, un símbolo celeste, asociado a divinidades solares como Apolo. Representará las cualidades de fuerza y valor, y aparecerá en numerosos mitos fundacionales de ciudades, dinastías y clanes.

La noción del lobo como guerrero enfurecido, fuera de sí, aparecerá en Roma, asociado al dios Marte, pero también entre los pueblos del norte de Europa en la forma de los berserks, y como símbolo de iniciación en sociedades guerreras de todo el mundo.

La loba encarnará la divinidad ctónica, la fecundidad, y frecuentemente aparecerá como nodriza de personajes importantes en la historia de los pueblos que le rendirán culto.

Por último el lobo, como otros cánidos, será asociado a la muerte y a los infiernos, así como al descenso hacia la oscuridad iniciática. G. Durand señala que existe una convergencia entre la mordedura del cánido y el temor al tiempo devorador, Cronos, devorando el tiempo humano, y los astros que éste emplea para medirlo. Sin embargo, es también el aspecto luminoso del lobo el que conduce no sólo a los muertos, sino a las almas de los vivientes, por el camino adecuado, para evitar su extravío, o bien haciéndoles superar diversas pruebas, actuando a un tiempo como guía y guardián de los misterios que entraña la oscuridad en la que él ve.

El mito del licántropo, del hombre transformado en lobo, del que aquí se muestran algunas trazas, se tratará en una sección a parte, debido a su extensión y profundidad.


ITALIA

Tal vez el mito clásico más conocido acerca del lobo está en la leyenda de la fundación de Roma, según la cuál el dios Marte se enamoró de Rhea Sílvia, una virgen vestal; de su unión nacieron los gemelos Rómulo y Remo, que fueron introducidos en una cesta y lanzados al río Tíber, del cual los rescataría una loba y los criaría como si fueran sus propios cachorros, hasta el momento en el que el pastor Faústulo los recogería y los dejaría al cuidado de Acca Larentia. Algunos autores apuntan que Acca Larentia pudiera ser en realidad la loba, la palabra latina lupa, designa a un mismo tiempo loba y prostituta. En todo caso, la loba pasó a ser el emblema de Roma, apareciendo en sus monedas y monumentos.

El lobo en la mitología romana está asociado a Marte, dios de la guerra, como el mismo dios, en otros países, evocará también una idea de fuerza mal contenida, gastándose con furor, pero sin discernimiento.


GRECIA

En Grecia el lobo se asocia fundamentalmente a a figura del dios Apolo. Delphos (antiguamente Liconia) había sido fundada por los supervivientes de un diluvio, guiados por los aullidos de los lobos. Pausánias narra la historia en la que un saqueador del santuario de Apolo fue muerto por un lobo, que no dejó de aullar hasta que las gentes acudieron al lugar y encontraron el tesoro secuestrado, devolviéndolo al templo y erigiendo allí un lobo de bronce junto al altar mayor. En otro episodio, Apolo tubo un hijo con la hija del rey Minos, Miletos pero éste fue abandonado y recogido por una loba hasta que, posteriormente fue recogido por unos pastores; de este modo fue como el fundador de Mileto, en Asia Menor, pudo sobrevivir.

El lobo también fue una de las formas atribuidas a Zeus (Lykaios), a quien se propiciaron sacrificios, para poner término a las sequías y plagas naturales de cualquier especie.

El lobo como divinidad infernal existe también en la mitología grecolatina : la loba de Mormólice, nodriza de Aqueronte (el barquero de los infiernos); también Hades, señor de los infiernos, se reviste con un manto de piel de lobo, y entre los etruscos, el dios de la muerte tiene orejas de lobo.


ESCANDINAVIA

La boca del lobo, en la mitología escandinava, es un símbolo de reintegración cíclica, similar al que encontraos en la india, Skoll y Hati son gigantes en forma de lobos que persiguen al sol y a la luna,y eran causa de los temidos eclipses, en los que se los hubieran tragado, de no ser por los hechizos forjados contra ellos. A Fenrir, el lobo gigante, únicamente la magia de los enanos logrará contenerlo un tiempo, hasta la batalla final, en la que éste se liberará y se enfrentará al dios Odín, derrotándolo, y muriendo a su vez a manos de su hijo.

Sin embargo, Odín, el dios principal, también se asocia al lobo en múltiples ocasiones, llegando a adoptar su forma. Lo acompañan siempre dos lobos, Gere y Freke, a los que alimenta en el banquete de los guerreros que han muerto con honor, en el Valhalla.

El lobo también está asociado a la imagen del Berserk, un guerrero ritualmente metamorfoseado en animal, llevado por un furor agresivo que lo hacía invencible.


INDIA

En el Rigveda el devoto le pide al sol, dios Pushan, que aparte del camino del hombre piadoso al hombre pernicioso; en otro himno, se habla de la codorniz prisionera en la garganta del lobo Vrika, posteriormente liberada; aquí la codorniz es un símbolo de luz, y la boca del lobo las tinieblas, los infiernos; la liberación de las fauces del lobo es la aurora, la luz iniciática que sucede al descenso a los infiernos.

Sin embargo, en la civilización hindú, el lobo también es héroe, así, en la epopeya del Mahabharata, Vridokara (vientre de lobo) representa el valor, el honor y la victoria del héroe.


MONGOLIA

En esta zona, el mito del lobo azul reviste una fundamental importancia; el lobo azul, Bortä-Tchino, o lobo celeste simboliza la luz uránica, el rayo; es la pareja de la cierva blanca o leonada, que representa a la tierra, en la unión sagrada de tierra y cielo, padres de la dinastía Khan, de la cual sería descendiente Gengis Khan.


TURQUÍA

Una leyenda explica cómo un pueblo fue masacrado, salvándose sólo por descuido un niño, que sería recogido por una loba y protegido en su guarida. Posteriormente la loba se convertiría en su mujer, y la descendencia de ambos sería el origen de los primero turcos. Cada año, se ofrecían sacrificios en la gruta en la que la loba habría dado a luz a los antepasados, lo que nos recuerda a las lupercales romanas, y al igual que entre los romanos, entre los turcos el lobo es un símbolo propiciatorio de fecundidad. En Anatolia, aún se ve a las mujeres estériles invocar al lobo para tener hijos. En Kamchatka, en la fiesta anual de octubre, se fabrica una imagen del lobo de heno y se conserva un año con el fin de que despose a las jóvenes de la aldea.


EGIPTO

Los egipcio tenían un dios lobo de los muertos, llamado Upuaput, "el que abre camino", encargado de guiar la barca del sol en su desplazamiento nocturno. Upuaput tenía una ciudad que posteriormente los griegos llamarían Licópolis. Según Diodoro de Sicília, un ejército de lobos habría detenido una invasión etíope sobre el territorio, y el nombre conserva el recuerdo de la victoria de los lobos sobre el enemigo.

Cuando el dios lobo era invocado por los vivientes, los conducía por múltiples pruebas hasta llegar al camino de los Bienaventurados, lugar dónde Osiris los acogía e impartía sus enseñanzas. También, según Diodoro de Sicilia, el mismo Osiris resucita en forma de lobo para ayudar a Isis, su esposa, y Horus, su hijo, a vencer a su malvado hermano Set.


INUITS

Una leyenda cuenta que al principio sólo existieron una pareja de humanos, sin animales; y la mujer pidió a Kaïla, dios del cielo, que poblara la tierra. Éste mandó perforar un agujero en el hielo, como los empleados en la pesca y de allí salieron todos los animales, el último de los cuales, y más preciado, fue el caribú que daría alimento, pieles y otros enseres a la comunidad. Sin embargo, al cazar a los mejores, pronto no quedaron más que los enfermos o débiles. Entonces la mujer volvió a pedir ayuda y, por el mismo sistema, pescó al lobo, enviado por Amorak (el espíritu del lobo), para que devorara a los animales débiles y mantuviera la calidad del caribú.


CHINA Y JAPÓN

La China igualmente conocía un lobo celeste (la estrella Sirius), guardián del palacio celestial (la Osa mayor). El carácter polar se encuentra en la atribución del lobo al norte. Este papel guardián da lugar al aspecto feroz del animal. En ciertas regiones del Japón fue invocado como protector.


Bibliografía :

Jean Chevalier, Alain Gheerbrant. Diccionario de Símbolos. Editorial. Herder, Barcelona, 1988

Jean Marc Landry, El lobo, Ed. Omega, Barcelona, 2004

Massimo Izzi; Diccionario ilustrado de los monstruos, Editorial José de Olañeta, Mallorca, 2000.


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Diccionario de Símbolos, Jean Chevalier, Alain Gheerbrant. Ed. Herder, Barcelona, 1988. pp.652-654

Lobo, loba. Lobo es sinónimo de salvajismo y loba de desenfreno. Pero éstas son nociones sumarias. La segunda sobre todo es conocida como nodriza de Rómulo y Remo, como el emblema de Roma.

1. El simbolismo del lobo, como bastantes otros, entraña dos aspectos: uno feroz y satánico, el otro benéfico. Porque ve en la noche, es símbolo de luz. Ésta es su significación entre los nórdicos y los griegos, donde se atribuye a Belen o a Apolo (Apolo Licio). El simbolismo luminoso del lobo, usual en los países septentrionales, no aparece en el dominio céltico, que ha identificada Lug (equivalente u homólogo de Apolo) y el lince (y no el lobo).

(…) El aspecto luminoso del lobo lo presenta como símbolo solar. También entre los mongoles tiene carácter netamente celeste; es el ancestro de Gengis Khan. La China igualmente conocía un lobo celeste (la estrella Sirius) que es el guardian del palacio celestial (la Osa mayor). El carácter polar se encuentra en la atribución del lobo al norte. Debe señalarse, sin embargo, que este papel guardián da lugar al aspecto feroz del animal: así en ciertas regiones del Japón lo invocan como protector contra los demás animales salvajes. Evoca una idea de fuerza mal contenida, gastándose con furor, pero sin discernimiento. L.G.

2. El lobo es un obstáculo en la ruta del peregrino árabe y la loba en la de Dante, donde toma las dimensiones de la bestia del Apocalipsis. La iconografía hindú lo ve como animal de mal augurio y lo atribuye a las divinidades en su aspecto siniestro. La velocidad del animal se expresa por la relación del lobo con el pecado y de la loba con la pasión, el deseo sensual. El lobo es una de las formas dadas a Zeus (Lykaios), a quien se inmolaban seres humanos como sacrificio en los tiempos en los que reinaba la magia agrícola, para poner término a las sequías y plagas naturales de cualquier especie: “Zeus vertía entonces la lluvia, fertilizaba los campos, y dirigía los vientos”.

3. La boca del lobo, en la mitologia escandinava, es un símbolo de reintegración cíclica, lo que sin duda nos remite al lobo que devora la codorniz, del que habla el Rig Veda. Si, como hemos señalado, la codorniz es un símbolo de luz, la boca del lobo es la noche, la caverna, los infiernos, la fase del pralaya cósmico (…); la liberación de las fauces del lobo es la aurora, la luz iniciática que sucede al descenso a los infiernos, el kalpa. P.G.

4. La fuerza y el ardor en el combate hacen del lobo una legoría guerrera para numerosos pueblos: “Yo soy el lobo solitario, merodeo en muchos países”, dice un canto de guerra de los indios de la pradera americana. Semejantes metáforas abundan en la poesia turca y mongol. Para estos pueblos, el mito del lobo azul reviste una fundamental importancia; el lobo azul o lobo celeste es una kratofanía de la luz uránica, del rayo; es la pareja de la cierva blanca o leonada, que representa a la tierra, en la hierofanta tierra-cielo, de donde nace, entre otros héroes y jefes de linajes, Gengis Khan.

5. Al lobo azul celeste, creador de las dinastías mongolas y chinas, se opone la loba de Rómulo y Remo, terrena sino ctónica. Tanto en un caso como en otro, este animal queda asociado a la idea de fecundidad. La creencia popular en el país turco ha conservado esta herencia hasta nuestros días. Así, entre los bezoar apreciados por los yakuto en Liberia, el lobo se considera como el más poderoso en este sentido; en Anatolia, es decir, en la otra extremidad de la extensión geográfica de los pueblos altaicos, aún se ve a las mujeres estériles invocar al lobo para tener hijos. En Kamchatka “con ocasión de la fiesta anual de octubre, se fabrica una imagen del lobo de heno y se conserva un año para que el lobo despose a las jóvenes de la aldea; entre los samoyedos se ha recogido la leyenda de una mujer que vive en una caverna con un lobo”.

6. El lobo, al igual que el perro desempeña un papel de psicopompo. Un mito de los algonquinos lo presenta como hermano del demiurgo Menebuch, el gran conejo que reina en el oeste, en el reino de los muertos. Semejante función de psicopompo se le reconocía en Europa, como lo atestigua este canto mortuorio rumano:

Aparecerá aún

El lobo frente a ti

(…)

Tómalo como hermano

Pues el lobo conoce

El orden de los bosques

(…)

Él te conducirá

Por la ruta llana

Hacia un hijo de rey

Hacia el paraíso.

(Trésor de la poesie Universelle, por R.Caillois y J.C. Lambert, Paris 1958)



7. El lobo en cuanto divinidad infernal existe ya en la mitologia grecolatina : la loba de Mormólice, nodriza de Aqueronte, que amenaza a los niños, exactamente como en nuestros días se evoca al gran lobo feroz; de un manto de piel de lobo se reviste Hades, señor de los infiernos; las orejas del dios de la muerte de los etruscos son de lobo; también, según Diodoro de Sicilia, Osiris resucita en forma de lobo para ayudar a su mujer e hijo a vencer a su malvado hermano.

8. En la tradición nórdica, los lobos simbolizan la muerte cósmica:son devoradores de astros; lo cual evoca el jaguar ctónico de los centroamericanos, abriendo sus monstruosas fauces para tragar al sol. Fenrir, el lobo gigante, es uno de los enemigos más implacables de los dioses. Únicamente la magia de los enanos puede detener su curso, gracias a una cinta mágia que no se puede romper o cortar. En la mitología egipcia, Anubis, el gran psicopompo, es llamado Imp., el que tiene forma de perro salvaje; en Cinopolis se lo reverencia como dios de los infiernos (chacal).

(…) G. Durand concluye excelentemente en estos términos: “Hay una convergencia muy clara entre la mordedura de los cánidos y el temor del tiempo destructor. Cronos aparece aquí con el rostro de Anubis, el monstruo que devora el tiempo humano o ataca incluso los astros que miden el tiempo”.

9. El lobo, en la imaginería europea de la edad media, es también la forma que revisten más frecuentemente los brujos para presentarse al Sabbat, mientras que las brujas, en las mismas ocasiones, llevan ligas de piel de lobo. En España es la montura del brujo. La creencia en los licántropos u hombres-lobo está atestiguada desde la antigüedad en Europa; Virgilio ya lo menciona. En Francia apenas comenzaba a dudarse de ello en el reinado de Luis XIV. Es una de las componentes de las creencias europeas, uno de los aspectos que sin duda revisten los espíritus de los bosques.

Según Collin de Plancy, “Bodin relata sin sonrojarse que en 1542 se vio una mañana a ciento cincuenta hombres-lobo en una plaza de Constantinopla”. (…).

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